sábado, 3 de mayo de 2025

Comentario Crítico sobre Naraku y Otros Personajes

✨ Naraku y el arte de la compostura ✨

Hay algo que me llama la atención, algo que vale la pena pensar un momento. A veces se tiende a desacreditar a Naraku, no tanto por lo que hace dentro de la historia, sino más debido a una supuesta falta de cuidado personal o de modales.

Creo que esa idea no proviene tanto del personaje en sí, sino que nace de la antipatía que genera al enfrentarse a figuras más queridas por el público. Se le proyectan ciertos rasgos que, en realidad, no tienen mucho respaldo en la narrativa.

Él no es alguien descuidado, ni actúa con la rudeza impulsiva que vemos, por ejemplo, en InuYasha. Tiene otro tipo de presencia. Vale la pena detenerse a observarlo con atención:

Naraku no sólo entiende el valor de la apariencia; lo encarna perfectamente. Desde su primer aliento como híbrido, demuestra una capacidad extraordinaria para adaptarse al entorno, no meramente en lo físico, sino también desde lo social. Asume formas con fluidez, sin importar si el cuerpo que utiliza proviene de la nobleza o de lo más bajo de la sociedad.

Lo importante no es el origen, sino la utilidad; el efecto que puede provocar en los demás.

Aquello no responde únicamente a su naturaleza cambiante, sino que también refleja un profundo conocimiento de los códigos humanos (o no humanos): las jerarquías, las maneras de hablar, los gestos apropiados para cada ambiente.

En pocas palabras, es un seductor. No en el sentido romántico –o no exclusivamente–, más bien en uno amplio y sofisticado: alguien que sabe mostrarse, que elige con precisión qué revelar, qué ocultar, y construye versiones de sí mismo según lo que la situación exige.

Un buen ejemplo de esto es su última encarnación, bajo la identidad de Kagewaki Hitomi. No se trata de una impostura improvisada, al contrario, es un rol que sostiene con elegancia tanto en el anime como en el manga. No sólo adopta la ropa, el porte; también la autoridad, el respeto que conlleva ese título, llegando incluso a ser llamado “príncipe”.

Es difícil conciliar aquella imagen con la idea de un hombre descuidado o sin modales. Porque no lo es. Naraku cuida cada detalle; si alguna vez se muestra salvaje o descompuesto, tendrá que ser por circunstancias específicas.

Otro detalle revelador –aunque muchas veces pasado por alto– es su vestimenta. Naraku suele presentarse con ropajes teñidos en tonos morados o púrpuras, colores históricamente asociados al poder, la nobleza, el alto estatus. Se trata de pigmentos costosos, que en otras épocas sólo estaban al alcance de emperadores o figuras con autoridad. Que él elija esos tonos no es casualidad ni capricho estético: es una estrategia. No simplemente para camuflarse, sino para afirmar una presencia; una jerarquía simbólica. Es su manera de decir: “Yo también soy dueño de algo, incluso si no lo ves”.

Y hay que admitirlo: tiene buen gusto. No existe desprolijidad en su apariencia. Todo está calculado, desde el color hasta el corte de su ropa; desde la manera en que se mueve, hasta el tono en el que habla.

Entonces, resulta evidente que un ser como Naraku no ignora las normas del decoro. Al contrario: las conoce a la perfección, las utiliza cuando le conviene. Quien manipula no puede limitarse a las palabras; necesita dominar los gestos, las pausas, la postura, el silencio justo en el momento adecuado.

En ese arte, Naraku no es sólo hábil. Es desmesuradamente bueno.


⮕ Aquí tenemos un excelente ejemplo de lo que intento decir cuando hablo del uso estratégico de la apariencia y el entorno por parte de Naraku. 

En esta escena, él mismo reconoce el valor simbólico y práctico del castillo y del cuerpo que ha tomado: no sólo le permite pasar desapercibido, sino que además le otorga “poder y respeto”. Es decir, comprende perfectamente que el estatus no depende únicamente de la fuerza o la amenaza directa, sino también de las formas, del lugar que se ocupa y de cómo se lo habita.

Naraku: Análisis desde la Fuente Oficial del Manga

 ✨ Echando un vistazo a los paneles del tomo 30 del manga ✨ Cuando muere, Naraku no lo hace en paz. Su final es violento, sangriento, y está...