sábado, 25 de enero de 2025

Rumiko Takahashi sobre Naraku: Declaraciones Oficiales

Tanto en el anime como en el manga, nunca se profundiza demasiado en el origen del famoso atuendo de Naraku ni en la piel de babuino que usa; sin embargo, si te fijas bien, Rumiko Takahashi deja entrever un dato interesante: esa piel proviene de un babuino demoníaco. Esto nos lleva a una de las criaturas más intrigantes de la mitología japonesa: el Sarugami.  


A simple vista, los sarugami parecen ser monos de gran tamaño, pero son mucho más que eso. Son criaturas de fuerza descomunal y una inteligencia superior a la de cualquier babuino común. A medida que envejecen, no sólo adquieren sabiduría, sino que se vuelven más poderosos. Los más viejos llegan a gobernar tribus enteras (algunas con más de cien miembros).  


Sin embargo, lo que realmente los distingue es su naturaleza peligrosa y la amenaza constante que representan para la humanidad. Mientras los monos comunes suelen ser vistos como traviesos o problemáticos, saqueando granjas y destruyendo cultivos, los sarugami son una amenaza directa. No sólo se alimentan de los cultivos, sino que también secuestran y devoran humanos.  


Los más temidos entre ellos incluso exigen sacrificios humanos a las aldeas cercanas, obligando a los pobladores a entregar jóvenes mujeres en ofrenda bajo amenaza de aniquilación. Negarse a cumplir con este tributo casi siempre resulta en la completa destrucción de las aldeas, con sus campos arrasados y sus habitantes desaparecidos.  


Es muy... fascinante imaginar que Naraku cazó y desolló a uno. Después de la caza, habría tenido que retirar la piel con extremo cuidado; cualquier imperfección podría arruinar la prenda. La piel de un sarugami, gruesa y resistente, no es algo que se trate a la ligera.  


Naraku probablemente la extendió cuidadosamente, dejándola secar al aire durante varios días o incluso semanas –dependiendo del clima– para evitar que se pudriera. Una vez seca, el siguiente paso era limpiarla y rasparla para eliminar restos de grasa o impurezas. Esto era importante para garantizar que no se descompusiera rápidamente.  


La tarea requería precisión meticulosa, ya que un mero error podría arruinar su calidad. Luego, tendría que suavizarla frotándola repetidamente con aceites especiales o cenizas de ciertos árboles; técnicas utilizadas en el curtido para darle flexibilidad sin perder durabilidad.  


¿Naraku habría hecho todo esto? Según la autora, probablemente sí (al menos con la primera piel, la original). No obstante, luego parece más lógico que comenzara a materializar abrigos a partir de su propia biomasa. No tenía tiempo para estar cazando babuinos demoníacos constantemente. Además, es evidente que su abrigo fue destruido en varias ocasiones, y siempre volvía a aparecer con uno nuevo. No sería descabellado que, con un poco de material, usara su biomasa para replicarlos. ¿Por qué no?  


Recordemos que Naraku es un cambiaformas, y su habilidad para manipular su propio cuerpo está más que demostrada. Podría haberse quedado con una “muestra” de la piel del babuino demoníaco original –o un trozo de ADN (en términos coloquiales)–, y luego usarla como base para generar una nueva versión cada vez que lo necesitara.  


Es completamente lógico, ¿no? Estamos hablando de un ser que puede transformarse en lo que quiera. ¿Por qué no aprovechar esa habilidad para evitar tener que cazar más monstruos por cada abrigo que perdía? Si alguien tenía el poder de hacer algo tan raro y macabro como eso, definitivamente era él.


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Naraku: Análisis desde la Fuente Oficial del Manga

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