viernes, 3 de enero de 2025

Comentario Crítico sobre Naraku y Otros Personajes

Mugen Naraku 「無間奈落・むげんならく」: “El infierno Avīci, el octavo y último”.


Es curioso, ¿no? Naraku es uno de esos nombres que, con sólo escucharlo, tu mente inevitablemente hace un viaje directo al abismo—en términos literales y simbólicos, claro está. Como término budista, "Naraku" se refiere al "último infierno", el Avīci: ese lugar sin escapatoria, donde el sufrimiento no conoce pausa ni respiro. Una especie de perpetuidad del tormento que, si lo pensamos bien, encaja bastante bien con su personalidad y su legado en la serie.


Sin embargo, no queda ahí la cosa. También está el encantador yojijukugo [金輪奈落], que significa algo así como "hasta el amargo final", "hasta los límites más lejanos" o "hasta la empuñadura". ¿Hay una descripción más perfecta para Naraku? Lo gracioso, o tal vez un poco inquietante, es cómo el nombre en realidad es una profecía autocumplida. En cierto modo, Naraku encarna el concepto de caer, tanto literal como metafóricamente.


Como el infierno Avīci, Naraku tampoco deja escapatoria. Para quienes caen en su órbita—ya sea por amor, odio o deseo de justicia—él es un punto de no retorno.


De ese modo, Naraku está obsesionado con los extremos, con llegar siempre más lejos, sin importar las consecuencias. Y lo hace con una elegancia trágica que lo vuelve casi imposible de odiar por completo. Es, en esencia, el infierno personificado, y al mismo tiempo, un recordatorio de que incluso los peores abismos tienen un rostro humano… o algo que intenta parecerlo. Así que sí, "Naraku" no sólo es un nombre llamativo, es un desafío, una advertencia y un destino escrito en kanji—uno que, como su portador, nunca deja de dar vueltas en espiral hacia los confines más oscuros de la existencia.


Naraku no puede escapar de sí mismo, y esa es su mayor tragedia.


#𝑩𝒐𝒐𝒈𝒊𝒆_𝑾𝒐𝒐𝒈𝒊𝒆_𝑾𝒖



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