domingo, 6 de octubre de 2024

Comentario Crítico sobre Naraku y Otros Personajes

¿𝐂𝐑𝐄𝐄𝐍 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐀𝐑𝐀𝐊𝐔 𝐒𝐄𝐀 𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎𝐕𝐄𝐑𝐓𝐈𝐃𝐎 𝐎 𝐄𝐗𝐓𝐑𝐎𝐕𝐄𝐑𝐓𝐈𝐃𝐎?

Naraku es un personaje que complica un poco las cosas cuando se trata de catalogarlo. Aunque parece ser una figura extremadamente calculadora y reservada, a menudo hace alarde de sí mismo frente a sus enemigos, lanzando juegos de palabras crueles y comentarios mordaces sin reservas. 

Su vestimenta, predominantemente en tonos púrpura y morado, es otra forma en que Naraku se asegura de ser el centro de atención. Estos colores, difíciles de obtener en su época y asociados con la nobleza y la riqueza, subrayan su estatus elevado y su deseo de destacarse. La forma en que Naraku usa su apariencia para imponer respeto y admiración sugiere que, aunque pueda parecer reservado en sus intenciones, su estilo de vida y su actitud son decididamente extrovertidos. 

Además, no maneja bien las situaciones cuando su equilibrio se ve alterado o cuando no recibe «el miedo» que busca.

Pero...

También exhibe una notable fascinación por los mundos internos de las personas, explorando profundamente sus ideas, miedos y deseos más íntimos. De alguna manera, parece tener una conexión casi intuitiva con estos aspectos humanos, dada su propia naturaleza tan humana, lo que le permite manipular y jugar con las emociones y pensamientos de quienes lo rodean. 

Sin embargo, a pesar de esta conexión con los sentimientos ajenos, no necesita una audiencia para validar sus acciones. No considera a los demás como sus iguales, salvo quizás a unos pocos, como Kikyō, o incluso Kagome, a quienes respeta por su poder.

Internamente, Naraku es un hombre reservado y privado, protegiendo sus sentimientos, pensamientos y motivaciones. En el fondo, es un lobo solitario y un depredador astuto que, si bien tiene la capacidad de adaptarse y mostrar una personalidad diferente en la superficie, no encaja del todo en el perfil que presenta.

Además, pasa la mayor parte de su existencia inmerso en su propio mundo interior, donde su moralidad se construye exclusivamente según su interpretación personal de la realidad. Para él, no hay un estándar ético universal más allá de su propia perspectiva; todo se reduce a su visión egocéntrica del universo. En su esquema, tanto las cosas como las personas son meros instrumentos para alcanzar sus propios objetivos. 

Entonces, las experiencias y vidas de los demás únicamente adquieren significado en relación con él, despojadas de cualquier valor intrínseco, porque las personas, para Naraku, son simplemente «ganado», valiosas sólo en la medida en que sirven a sus propósitos, salvo aquellos pocos que él considera dignos de atención o reconocimiento.

Luego está su obsesión patológica por alcanzar objetivos específicos durante largos períodos, caracterizada por una planificación meticulosa y una red de contingencias interminables. Su enfoque hacia el panorama general es metódico y exhaustivo, anticipando cada posible eventualidad. Sin embargo, aún con todas estas cosas, también actúa por capricho en ocasiones, tomando decisiones impulsivas que contrastan con su supuesta planificación. 

Sí, Naraku busca dominarlo todo, absolutamente todo, pero a veces se ve arrastrado por sus deseos y estados de ánimo impredecibles, lo que lo lleva a sabotearse a sí mismo.

Y, como ya se mencionó antes, posee niveles de intuición que sólo pueden compararse con los de Kagome y Kikyō. Su habilidad para prever el comportamiento humano y su destreza para desestabilizar a otros a partir de fragmentos mínimos de información son notoriamente precisas. Es, en esencia, un empático oscuro.

Naraku: Análisis desde la Fuente Oficial del Manga

 ✨ Echando un vistazo a los paneles del tomo 30 del manga ✨ Cuando muere, Naraku no lo hace en paz. Su final es violento, sangriento, y está...