Es asombroso pensar que, después de que Kagome destruyera su cuerpo, Naraku probablemente tuvo que recurrir a algo tan extremo como unir su cabeza a una marioneta. Eso explicaría por qué todos en su castillo creían que estaba gravemente enfermo, cuando en realidad lo que sucedía es que ni siquiera tenía un cuerpo propio en ese momento.
¿Por qué lo menciono? Simplemente porque es un detalle curioso que resalta lo increíble que es Naraku, incluso en sus momentos más vulnerables.