Observación:
A lo largo de la historia, Naraku es casi siempre quien elige dónde se enfrentarán o serán emboscados sus enemigos. Rara vez lo vemos en un terreno que no haya preparado con antelación, asegurándose de que cada pelea se juegue bajo sus reglas. No se trata sólo de una ventaja estratégica; es su forma de asegurarse de que tiene el control total de la situación. Al final, cada escenario que selecciona no es sólo un campo de batalla, sino una trampa diseñada para hacer que sus oponentes caigan justo donde él quiere.