Entonces, ¿cómo será el laberinto que conforma la mente de Naraku? Considerando que es, en esencia, una amalgama de diversas partes, pues...
Es un tanto irónico, incluso cómico, imaginar a Naraku diciendo con total desparpajo: "tengo muchos demonios en mi cabeza". Y, curiosamente, sería completamente cierto. No se trataría de un mero intento de parecer profundo e interesante; en su caso, la afirmación no sería una metáfora, sino una declaración de hechos. Dentro de él residen legiones de demonios, entidades reales y palpables.
Así que quizás la mente de Naraku se asemeje a una dimensión alterna, algo que podría describirse como un 𝗝𝗶𝗴𝗼𝗸𝘂, su propio infierno personal donde los demonios no sólo cohabitan, sino que se entrelazan constantemente con la esencia de Onigumo.