#𝐓𝐇𝐄𝐕𝐀𝐂𝐔𝐔𝐌𝐎𝐅𝐌𝐘𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 - ❝𝓒𝓸𝓷𝓽𝓻𝓸𝓵 ❞
Círculo de habilidades
Estuve revisando el libro de perfiles, en particular el de Naraku, y me llamó la atención un detalle curioso. En su estado base, su círculo de habilidades parece "débil", como si fuera un demonio del montón. Sin embargo, incluso en esa forma inicial, Naraku dista mucho de ser realmente débil. Pero lo más interesante es que hay un segundo círculo, correspondiente a su nueva forma, y este ya está casi completamente lleno.
Obviamente, no es ninguna sorpresa que Naraku se haga más fuerte a medida que avanza la historia –si algo sabemos de él, es que siempre está evolucionando–. No obstante, verlo representado de esta manera en su perfil hace que todo cobre un nuevo significado.
Naraku es un híbrido, sí, aunque no uno cualquiera. Es un paria entre parias, el hijo bastardo de la naturaleza, no solamente por sus orígenes, que son una aberración en comparación con otros híbridos, sino porque, en su esencia, Naraku es un error. Un ente que no debía existir, que no debía haber sobrevivido… y aun así lo hizo. No sólo sobrevivió, sino que prosperó, evolucionó y se convirtió en algo que desafía toda lógica, toda ley natural.
Naraku no nació con un linaje noble como Sesshōmaru, ni con un cuerpo diseñado para el combate como el de los yōkais o daiyōkais. No contaba con una fuerza monstruosa desde el principio, ni con una resistencia legendaria en el sentido convencional. Su regeneración, sin embargo, es otra historia. Lo han decapitado, desmembrado, fulminado y reducido a pedazos, y aún así siempre regresa, una y otra vez. Si hablamos de resistencia en términos de aguante físico, Sesshōmaru probablemente lleve la delantera. Ahora, si de lo que se trata es de quién resulta más difícil de matar, entonces Naraku se lleva la victoria por mucho.
Él no sobrevive gracias a una piel dura o una armadura natural. Sobrevive porque su cuerpo es una masa cambiante, adaptable, capaz de reconstruirse a niveles absurdos. Es casi inmortal. Y lo más aterrador de todo esto es que, en términos de demonios, sigue siendo joven.
Piénsalo: Naraku tiene apenas cincuenta años. Es más joven que muchos yōkai de rango medio. Incluso más joven que el mismo InuYasha. Y a pesar de eso, ya es una pesadilla viviente. Ahora imagina un Naraku con la edad de InuYasha. O peor, un Naraku con la edad de Sesshōmaru. Un Naraku con siglos de experiencia, con más conocimiento, con más poder. Sólo de pensarlo da escalofríos.
Volviendo a su perfil, en su estado base, el círculo de habilidades de Naraku está incompleto, con sus puntos más débiles en "fuerza física" y "poder instantáneo". En cambio, en su "segunda forma", ese mismo círculo casi está lleno, con sólo un pequeño margen en esas dos categorías. Las demás –intelecto, poder demoníaco, vitalidad y olfato– ya alcanzan el máximo nivel. Esto nos lleva a una pregunta interesante: ¿qué diferencia hay entre "poder instantáneo" y "poder demoníaco"? Después de pensarlo un poco, creo que el poder demoníaco representa la esencia pura de la energía de un yōkai, algo inmutable. Por otro lado, el poder instantáneo parece estar más ligado a ataques explosivos y directos, a la fuerza bruta que impacta en el momento, pero que se disipa con la misma rapidez.
Y eso tiene sentido: Naraku nunca ha sido un luchador físico.
Nunca lo ha necesitado.
Su poder demoníaco, por otro lado… No sólo es colosal, sino sofocante, una presencia que te envuelve incluso antes de que puedas percibirlo por completo. No se limita a destruir; se infiltra, se expande, se adueña del espacio a su alrededor como una sombra imposible de disipar. No es el tipo de fuerza que golpea y desaparece, sino la que permanece, la que se aferra a la piel, se filtra en los huesos y no te suelta.
Hay muchos demonios increíblemente fuertes, algunos con habilidades aterradoras que pueden arrasar aldeas enteras con un solo ataque. Pero muy pocos, por ejemplo, poseen el dominio de la brujería que tiene Naraku. No es sólo lanzar llamas o disparar energía; es moldear la realidad a su antojo, retorcer las reglas del mundo como si fueran simples hilos en sus manos. Ilusiones que engañan hasta los sentidos más agudos, maldiciones que persiguen a sus víctimas hasta consumirlas, regeneración que lo hace prácticamente inalcanzable. Incluso ha demostrado la capacidad de alterar el entorno mismo, armando y desarmando castillos como si fueran piezas de un tablero de juego.
Si lo comparas con daiyōkais como Sesshōmaru o la princesa Abi, la diferencia es clara. Sí, ellos son poderosos, pero su fuerza es más directa, más tangible. Naraku, en cambio, juega con reglas completamente distintas.
Así que, ¿Naraku es un híbrido débil, como algunos lo descalifican? La verdad es que no. En absoluto. Es un sobreviviente, un estratega, un ser que se adaptó a la adversidad y encontró su propio camino para volverse monstruosamente fuerte. Y lo más inquietante es que, si hubiera tenido más tiempo para perfeccionarse, quién sabe hasta dónde habría llegado.
#𝑩𝒐𝒐𝒈𝒊𝒆_𝑾𝒐𝒐𝒈𝒊𝒆_𝑾𝒖
