𝐌𝐔𝐒𝐎
Extrapolando un poco del carácter de Muso (Onigumo) a partir de las pequeñas pistas que deja, parece ser un tipo carismático con un sentido del humor bastante torvo, muy parecido al de Naraku. Lo curioso es que no encaja para nada en el perfil típico de los criminales de la época, esos que suelen ser toscos y vulgares. Muso (Onigumo) tiene una especie de elegancia, aunque algo desordenada, que incluso se refleja en sus asesinatos. Es interesante cómo puede combinar esa clase de estilo con el caos.
Eso lo hace francamente aterrador, porque detrás de esa actitud aparentemente amigable, bromista y hasta un poco coqueta, esconde una naturaleza sadista. Antes de las quemaduras, podríamos imaginar que tenía un rostro bastante atractivo, lo que sólo le daba más ventaja para manipular a los demás. Y luego, cuando toma la cara del monje Muso, es como si todo se volviera aún más perturbador. También está claro que disfruta viendo a otros sufrir, ya sea a nivel psicológico o físico.
No es de extrañar que Naraku se haya formado como lo hizo, considerando que sus raíces son oscuras y retorcidas hasta la médula. Al final, este hombre es el núcleo que sostiene todo en su interior, el que mantiene juntas las piezas de ese infierno.
#ellegadodenaraku
