La filosofía personal de Naraku también puede tener un toque existencialista muy marcado. Su código moral está basado en su propia experiencia individual, hasta el punto de que podría ser visto como un prototipo literario del Übermensch. Vive su vida siguiendo sus propias reglas y decisiones, sin preocuparse por las normas sociales, leyes o convencionalismos. Es completamente auténtico en lo que es, en las elecciones que hace y en cómo actúa según ellas.
Naraku es, en esencia, malvado. Su maldad no es sólo un rasgo de su personalidad, sino que se manifiesta de manera consistente. Cada pocos episodios, lo vemos realizando actos realmente despreciables. Pero su crueldad no es meramente gratuita; más allá de su desdén por las normas establecidas, Naraku tiene una perspectiva aguda sobre la futilidad de la existencia y la superficialidad de los valores humanos.
En este sentido, Naraku encarna un tipo de nihilismo que no se limita a destruir por el simple placer de hacerlo, sino que busca exponer la vanidad inherente a las aspiraciones humanas.